Cómo se trata la retrusión mandibular

La retrusión mandibular es aquella malformación dental que produce una proyección del maxilar inferior, generando un desplazamiento mayor de intercuspidación hacia atrás de las piezas dentales superiores e inferiores. Provoca problemas de alteraciones funcionales en la masticación, la deglución y la fonación además de dolor facial o apnea del sueño.

Ocasiona un aspecto de mentón pequeño debido al aumento inadecuado de la mandíbula y su causa de procedencia suele englobarse en tres formas: congénita, de desarrollo y adquirida. No obstante, en su mayoría, está vinculada a síndromes o problemas faciales. ¿Quieres saber más sobre la retrusión mandibular? ¡Sigue leyendo!

¿Cuántos tipos de retrusión mandibular existen?

Esta deformidad mandibular puede desarrollarse a través de tres fases:

Fase I

Las estructuras mandibulares se encuentran incompletas, perjudicando principalmente a aquellas personas que padecen de una mandíbula de tamaño pequeño. 

Fase II 

Las estructuras mandibulares se encuentran en modo hipoplásico o subdesarrollado, forjando una anormalidad en la producción de la coyuntura con el hueso temporal y, dependiendo de la malformación, puede encontrarse representadas en las subclases A o B.

Fase 3 

Esta tercera fase se conoce como la más nociva y perjudicial, tanto para la mandíbula como para las vértebras. 

La malformación mandibular en este punto ya se encuentra gravemente subdesarrollada, pudiendo estar relacionada con otras anomalías bucales o craneofaciales.

Causas de la retrusión mandibular

La retrusión mandibular aparece a causa de: 

Razones congénitas

Este gen muta espontáneamente y lo ideal para comprobar la existencia o no de esta afección es antes de tener hijos. 

Heridas o lesiones

Los traumatismos en estado moderado a grave relacionados con la mandíbula tienden a desencadenar ciertas afecciones, como el incremento desmedido de la misma o deformidades faciales. 

Pérdida prematura dentaria

La pérdida prematura de las piezas dentales temporales y la erupción de las permanentes también suelen verse involucradas ante el desarrollo de la deformidad mandibular.

Síndromes faciales 

Patologías craneofaciales que involucran orejas, mandíbula y nariz, así como también el síndrome de Pierre Robín. 

Síntomas de la retrusión mandibular

La retrusión mandibular se identifica, sobre todo, por la pérdida del hueso mandibular, pasando de generación a generación y haciendo que el cuerpo reemplace las cantidades excesivas de tejido fibroso. 

Por lo general, esta deformidad suele desvanecerse a medida que la persona va creciendo y envejeciendo, sin embargo, en situaciones mucho más severas, acabará deformando también y de manera total sus facciones.

La apnea obstructiva del sueño cuenta como segundo componente desencadenante, debido a que el crecimiento ineficiente de la mandíbula condiciona un colapso de la vía aérea en todo el sueño, provocando ronquidos y/o apneas típicas.

Tratamientos para la retrusión mandibular

La retrusión mandibular puede tratarse de distintas formas en función de la causa que lo genere. No obstante, la elección de cualquiera de estos va a depender del estado de gravedad y malformación que esté presentando el paciente, entre ellos:

Tratamiento osteogénico

Suele utilizarse para tratar anomalías craneofaciales congénitas y adquiridas sin necesidad de esperar a que el desarrollo mandibular termine. Así, permite corregir aquellas deficiencias maxilares, verticales, transversales y anteroposteriores severas de manera temprana.

Tratamiento de ortodoncia 

Sirve como postratamiento para culminar los resultados esperados, posicionando de modo idóneo cada pieza dental y el maxilar superior, ya que no puede solventar la maloclusión o malformación mandibular. Se emplea la ortodoncia correctiva, como los brackets o la ortodoncia invisible Invisalign.

Máscara facial

Suele recomendarse en la fase plena de dentición decidua y mixta inicial.  El anclaje interno de la máscara servirá como aparato extensor que simulará una disyunción de la sutura media palatina, que activará una respuesta celular ante las suturas circunmaxilares, desarticulando el maxilar.

Este procedimiento puede durar entre tres y catorce meses, no obstante, los cambios faciales u ortopédicos se notarán transcurridos de dos a cinco meses postratamiento. 

Intervención bucodental

Se realiza en manos de los cirujanos maxilofaciales utilizando anestesia general. Suele implementarse para finalizar de manera exitosa, y con un estado de salud bucal ideal, aquellos objetivos establecidos en el tratamiento ortodóncico.

Esta mediación se fundamenta en transportar el hueso mandibular perjudicado hasta el sitio donde debió haberse desarrollado, proporcionando a la vez un soporte adecuado con las piezas dentales superiores.  

Es habitual notar cierta hinchazón en la zona afectada, sin embargo, suele desaparecer al pasar de dos a tres semanas, debido a la fuerza ejercida y emitida tanto en el hueso como en los tejidos blandos. 

Cirugía reconstructiva

La intervención dependerá del grado de subdesarrollo, malformación, estructura de los huesos, así como también de la musculatura facial adyacente. En este punto, la mandíbula se reconstruirá con una secuencia de injertos óseos. 

Suele ser efectuada por cirujanos orales o maxilofaciales de manera bastante compleja, haciendo que la mandíbula inferior recupere sus propósitos y funcionalidades, así como la característica facial a primera instancia.

Recomendaciones postratamiento de la retrusión mandibular

La recuperación de un tratamiento para la retrusión mandibular suele tardar algunas semanas, no obstante, se recomienda: 

  • Usa las gomas suministradas adecuadamente. Se encargarán de dirigir la mandíbula a la posición debida y tras su uso durante el tiempo establecido serán retiradas.
  • No te quites en ningún momento las bandas flexibles, cada banda previene el desplazamiento maxilar.
  • Intenta hablar con normalidad, sin importar que ciertas palabras o frases se te dificulten. 
  • Utiliza analgésicos, antiinflamatorios o aquellos fármacos suministrados por el doctor durante la recuperación, esto ayudará a apaciguar los dolores y molestias.
  • Trata de dormir sentado o en una posición de medio tumbado, esto mejorará las complicaciones ocasionadas al respirar.
  • Ejercítate de forma suave e incrementa la actividad con el paso de las semanas, incluye ejercicios como caminar, pilates o yoga. 
  • Reduce la tensión y el estrés causados meditando.
  • Establece una dieta líquida a base de sopas, cremas y batidos.

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